Suele suceder que, al revisar las tareas de matemáticas de nuestros hijos pequeños, no comprendemos por qué les resulta tan difícil determinar si deben realizar una suma, una resta, una multiplicación, una división o incluso aplicar una regla de tres, cuando para nosotros la solución parece evidente.
Esta situación genera frustración tanto en los niños como en los adultos, quienes muchas veces concluyen que el problema está únicamente en la falta de habilidad matemática. Sin embargo, esta percepción no siempre es correcta.
¿Por qué ocurre esta dificultad en matemáticas?
La razón principal es que nuestros procesos de razonamiento lógico y pensamiento abstracto están mucho más desarrollados que los de los niños. Con los años, aprendemos a interpretar información, identificar datos relevantes y descartar aquello que no es útil para resolver un problema.
No obstante, esto no significa que los adultos estemos exentos de estas dificultades. De hecho, ejercicios de razonamiento cuantitativo, como los que aparecen en pruebas estandarizadas tipo Saber Pro o PAEP, también suelen resultar complejos para muchos adultos, aun cuando dominen las operaciones matemáticas básicas.
Las matemáticas: más que operaciones
Las matemáticas no constituyen únicamente un conjunto de procedimientos operativos. En realidad, implican un proceso de análisis, interpretación y razonamiento deductivo. Resolver un problema matemático requiere comprender el enunciado, identificar la información relevante, establecer relaciones entre los datos y decidir qué operación aplicar.
Aquí es donde entra en juego la lectura. Si un estudiante no comprende correctamente lo que está leyendo, difícilmente podrá resolver el problema, incluso si sabe realizar las operaciones.
La importancia de la comprensión lectora en matemáticas
Durante la vida escolar, es común que los contenidos se enseñen de manera fragmentada: primero sumas con manzanas, luego restas con peras, más adelante multiplicaciones y finalmente temas más complejos como el cálculo. Sin embargo, en muchos casos no se trabaja lo suficiente la integración de contenidos ni la capacidad de abordar un mismo problema desde diferentes perspectivas.
Las pruebas académicas actuales —desde Saber 11 hasta exámenes de admisión universitaria y posgrados— no evalúan únicamente si el estudiante sabe operar, sino si es capaz de:
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Interpretar correctamente el enunciado
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Identificar datos relevantes
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Distinguir información útil de la distractora
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Aplicar el razonamiento lógico adecuado
Todo este proceso depende, en gran medida, de la comprensión lectora.
Lectura y matemáticas: habilidades que se complementan
Leer no es solo decodificar palabras; es comprender, inferir, analizar y relacionar ideas. Estas mismas habilidades son las que se requieren para resolver problemas matemáticos. Por ello, fortalecer la lectura mejora directamente el desempeño en matemáticas.
Cuando un niño desarrolla una buena comprensión lectora, logra:
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Entender con mayor claridad lo que se le pregunta
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Reconocer qué tipo de operación debe aplicar
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Seguir instrucciones paso a paso
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Reducir errores por mala interpretación
Lectura y matemáticas en IPLER
En este contexto, la educación secundaria suele preparar a los estudiantes para ejecutar procedimientos largos y mecánicos, dando por hecho que, si dominan lo operativo, podrán deducir automáticamente lo interpretativo. Sin embargo, esta transición no ocurre de forma espontánea.
Por esta razón, en IPLER se trabaja de manera integrada el desarrollo de las áreas de lectura y matemáticas, entendiendo que el pensamiento lógico y la comprensión lectora son bases fundamentales del aprendizaje matemático.
El fortalecimiento del razonamiento, la interpretación de textos y el análisis de información permite que los estudiantes enfrenten los problemas matemáticos con mayor seguridad y autonomía.
¿Qué deben tener en cuenta los padres?
Si tu hijo presenta dificultades en matemáticas, es importante no asumir de inmediato que no sabe realizar las operaciones. En muchos casos, la dificultad está relacionada con problemas de interpretación y comprensión del enunciado, habilidades que se fortalecen con la lectura constante y guiada.
Fomentar hábitos de lectura desde temprana edad, trabajar la comprensión de textos y dialogar sobre lo que se lee son acciones que impactan positivamente no solo el lenguaje, sino también el rendimiento matemático.
Conclusión
La lectura y las matemáticas mantienen una relación estrecha e inseparable. Comprender un problema es tan importante como saber resolverlo. Al fortalecer la comprensión lectora, se desarrollan procesos de pensamiento que permiten analizar, razonar y tomar decisiones matemáticas de manera más efectiva.
Entender esta relación es clave para apoyar a los niños en su proceso de aprendizaje y ayudarles a superar las dificultades académicas con una visión más integral.





