El proceso de lectoescritura: 7 actividades divertidas para mejorar la escritura en niños
Por qué la lectoescritura es clave en el desarrollo infantil
El proceso de lectoescritura es una de las habilidades fundamentales en el desarrollo infantil.
Se define como un conjunto de competencias comunicativas que favorecen la construcción de significados y le permiten al individuo desenvolverse en su entorno social (Arteaga-Rolando y Carrión-Barco, 2022).
No solo posibilita la comunicación escrita, sino que también influye en el pensamiento crítico. Según el Ministerio de Educación (2007), este proceso brinda a los niños la oportunidad de crecer como seres autónomos, seguros de sí mismos, capaces de tomar decisiones y preparados para la vida.
Por esta razón, introducirlos en este aprendizaje de manera efectiva y natural es esencial. Y lo mejor: ¡la escritura también puede ser divertida!
1. Diario personal con dibujos
Invitar al niño a llevar un diario es una excelente manera de fomentar la escritura diaria. No tiene que ser un texto largo ni complejo, basta con unas pocas frases sobre lo que vivió en el día. Para hacerlo más entretenido, puede añadir dibujos, pegatinas o recortes.
Por ejemplo: “Hoy fui al parque con mi mamá, me subí en el columpio y vi un perro muy gracioso”, acompañado de un dibujo del perro.
2. Cuentos colaborativos en familia
La escritura se disfruta más cuando se comparte. Una actividad enriquecedora es crear cuentos en conjunto, donde cada miembro de la familia aporta una parte de la historia.
Así, el padre puede comenzar con: “Había una vez un dragón que no podía volar”, y el niño continúa la narración. El resultado es un relato único que fortalece la creatividad y la cohesión familiar.
3. Cartas y mensajes secretos
Escribir cartas motiva a los niños, sobre todo si son para alguien especial como un abuelo, un amigo o un personaje imaginario. Una idea divertida es crear un “buzón familiar” donde se depositen mensajes secretos.
Ejemplo: “Querido abuelo, hoy hice un dibujo de nosotros pescando. Te extraño mucho”.
4. Escritura creativa con imágenes
Las imágenes estimulan la imaginación y son un recurso ideal para la escritura. Una actividad consiste en mostrar al niño una fotografía o ilustración y pedirle que invente una historia a partir de ella.
Si ve una playa, podría escribir: “Ese día el mar tenía un color azul muy fuerte y encontré un caracol que parecía estar cantando”.
5. Juegos de palabras y frases disparatadas
La escritura puede ser divertida si se conecta con el humor. Se pueden inventar frases locas con tarjetas de palabras al azar, como “jirafa”, “avión” y “pastel”.
Resultado: “La jirafa voló en avión para comprar un pastel gigante”. Esto fomenta la creatividad y quita el miedo a equivocarse.
6. Historias con personajes favoritos
Los personajes de caricaturas, películas o libros que los niños aman pueden protagonizar nuevas aventuras inventadas por ellos.
Ejemplo: “Hoy Spiderman no salvó la ciudad, sino que ayudó a una señora a encontrar a su gato perdido”. Conectar la escritura con sus intereses la hace más atractiva.
7. El periódico familiar
Una idea original es crear un periódico familiar en el que el niño sea el “reportero oficial”. Puede escribir noticias de la casa, entrevistas, recetas o chistes.
Ejemplo: “Noticias: mi hermana aprendió a andar en bicicleta sin rueditas y entrevisté a mi papá, quien dijo que está muy orgulloso”.
Esta dinámica refuerza la escritura informativa y la organización.
Conclusión
Escribir no tiene que ser visto como una obligación aburrida. Cuando se convierte en una actividad lúdica, los niños descubren que las palabras son una herramienta para expresar lo que piensan, sienten e imaginan.
Con estas siete actividades, los padres pueden acompañar de forma positiva el proceso de la lectoescritura, cultivando no solo habilidades, sino también el amor por escribir.
Referencia
Arteaga-Rolando, M. A., & Carrión-Barco, G. (2022). Modelo de lectoescritura. Percepciones y retos desde la pedagogía conceptual. Revista Conrado, 18(84), 84-91.