¿Cómo mejorar mi ortografía?

Como mejorar mi ortografia

Mejora tu ortografía: guía práctica para escribir mejor

Actualmente, la ortografía es un aspecto que suele pasar desapercibido debido al uso constante de la tecnología. Los correctores automáticos del celular, el computador y las aplicaciones de mensajería corrigen nuestros errores de forma casi invisible, lo que provoca que, poco a poco, dejemos de prestar atención al uso adecuado de tildes, mayúsculas, signos de puntuación e incluso a la correcta escritura de algunas palabras.

Aunque la tecnología es una herramienta fundamental y necesaria en nuestra vida diaria, no debemos permitir que se convierta en un obstáculo para el desarrollo de nuestras habilidades comunicativas. Escribir correctamente no solo mejora nuestra imagen personal, académica y profesional, sino que también facilita la comprensión de los mensajes y evita confusiones.

La buena noticia es que mejorar la ortografía es posible. No se trata de memorizar reglas complejas, sino de adquirir hábitos sencillos que, con la práctica constante, se vuelven automáticos.

La importancia de escribir a mano para mejorar la ortografía

Una de las maneras más sencillas y efectivas de mejorar la ortografía es escribir a mano. Al hacerlo, el cerebro procesa cada palabra con mayor atención, lo que permite identificar errores que suelen pasar desapercibidos cuando se escribe en teclado.

Escribir textos cortos como diarios personales, listas, resúmenes o pequeños párrafos ayuda a evidenciar las falencias ortográficas más frecuentes. Al releer lo escrito, es más fácil detectar errores repetitivos y trabajar conscientemente en corregirlos. Este ejercicio fortalece la memoria visual y mejora la retención de las normas ortográficas.

1. Uso correcto de las letras

En el idioma español existen letras con sonidos similares que generan confusión de forma habitual. Algunos ejemplos frecuentes son:

  • G y J

  • B y V

  • S, C y Z (según la vocal que las acompañe)

  • Y y LL

Cada letra tiene reglas específicas de uso, y para interiorizarlas es necesario ponerlas en práctica. Una estrategia efectiva consiste en estudiar una regla a la vez, escribir ejemplos y buscar palabras que cumplan esa norma.

Si encuentras palabras que parecen no encajar con la regla que estás aprendiendo, no te angusties. En la mayoría de los casos, existe otra norma que explica por qué se escriben de manera diferente. Este proceso de comparación ayuda a comprender mejor el idioma y a reducir errores con el tiempo.

Además, la lectura frecuente es una gran aliada, ya que expone constantemente al cerebro a la forma correcta de las palabras.

2. Acentuación: una de las mayores dificultades

El uso de la tilde ha sido una dificultad constante a lo largo de la vida escolar y adulta. Hoy en día es común escuchar frases como “yo nunca uso tilde”, lo que normaliza errores que afectan directamente la claridad del mensaje.

Muchos errores de acentuación se evidencian al releer el texto, ya sea mentalmente o en voz alta. Pedirle a otra persona que lea lo escrito también resulta muy útil, pues una mirada externa suele detectar fallos que pasan inadvertidos.

Para mejorar la acentuación, es importante repasar conceptos básicos como:

  • Palabras agudas, graves (llanas), esdrújulas y sobresdrújulas.

  • La tilde diacrítica, que diferencia palabras con igual escritura, pero distinto significado (por ejemplo: y tu, más y mas).

  • Diptongo, hiato y triptongo, ya que influyen directamente en la correcta acentuación.

Con la práctica constante, estos conceptos se vuelven cada vez más fáciles de identificar y aplicar.

3. Leer para escribir mejor

La lectura es una de las herramientas más efectivas para mejorar la ortografía. Leer con frecuencia permite reconocer la estructura correcta de las palabras, ampliar el vocabulario y comprender mejor las normas del idioma.

No es necesario leer textos complejos; cualquier lectura es válida: libros, artículos, cuentos, noticias o contenido digital bien redactado. Lo importante es prestar atención a la forma en que se escriben las palabras y se construyen las frases.

Cuanto más se lee, más natural resulta escribir correctamente, ya que el cerebro interioriza la ortografía sin necesidad de memorizar reglas de forma consciente.

4. Uso consciente de la tecnología

Los correctores automáticos pueden ser grandes aliados si se utilizan de manera consciente. En lugar de aceptar las correcciones sin analizarlas, es recomendable entender por qué se realiza la corrección y cuál fue el error cometido.

Prestar atención a las sugerencias de herramientas como Word, Google Docs o el corrector del celular ayuda a aprender de los errores y a no repetirlos en el futuro.

5. Revisión y constancia

Revisar lo que se escribe es un paso fundamental para mejorar la ortografía. Antes de enviar un mensaje, publicar un texto o entregar un trabajo, es importante dedicar unos minutos a releerlo.

La constancia es la clave del progreso. Mejorar la ortografía no ocurre de un día para otro, pero cada pequeño esfuerzo suma. Una buena escritura mejora la comunicación y evita malentendidos.

No es lo mismo decir “la pérdida de mi hermana” que “la perdida de mi hermana”. Una tilde puede cambiar por completo el significado de una frase.

En conclusión, mejorar la ortografía es un proceso gradual que requiere práctica, atención y compromiso. Con hábitos sencillos como escribir a mano, leer con frecuencia, repasar reglas básicas y aprovechar la tecnología de forma consciente, es posible lograr una escritura clara, correcta y efectiva

Manual de redaccion empresarial 

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Maria P. Vergel I.

Autor

Psicóloga de la universidad El Bosque, vinculada a IPLER como profesora en el área de Español.